Escenarios imaginados: el futuro de la fabricación biológica y comestible de textiles.

Con la llegada del siglo XXI, vino una revolución inimaginada en cuanto al diseño de materiales que gracias a procesos de producción, la biología sintética, la biotecnología, y una lista importante de disciplinas de la ciencia, han hecho posible que nuestra materialidad y sus usos cambien por completo la realidad.

Los textiles son una de esas esferas que han evolucionado de manera exponencial, tanto los que tenemos a la mano, como los que son proyectados. La capacidad conceptual que le ha brindado al mundo de la moda en combinación con el mundo de la ciencia, ha generado un imaginario de la más diversa índole. Desde ropa que cambia de color, se biodegrada, hecha con leche, con azúcares, con polímeros y que se puede comer. Un bestiario que nos brinda las herramientas para especular lo que pueden ser los textiles del futuro; nuestra ropa y los condicionamientos sociales y culturales de una industria influenciada por la moda, en la que lo sostenible de la producción y la alimentación se vuelve una constante.

 

 

Biolace es uno de esos proyectos que, apoyado por las posibilidades de la biología sintética, nos configura una nueva forma de generar textiles y alimentarnos. Sí, a través del proceso llamado morfogénesis, la investigadora y diseñadora Carole Collet, actual Directora Adjunta en el Textile Futures Research Centre del Central Saint Martins College en la Universidad de Artes de Londres, integra una nueva noción de la moda y la agricultura. Collet propone que reprogramando la estructura celular de sistemas vegetales, podrían generarse plantas híbridas capaces de no sólo dar fruto, sino también de producir muestras de encaje de sus raíces entrelazadas. Este imaginario, prospectado para el año 2050, “considera una forma radical de combinar la producción de alimentos con la producción textil; por lo que el diseño de plantas podría no sólo reemplazar a la maquinaria textil sino que también proporcionaría nutrientes». Por ejemplo: una planta híbrida de fresas que al mismo tiempo produce este fruto y también un encaje en sus raíces. La obra se compone de una serie de ficciones fotográficas, pruebas experimentales y animaciones que abordan el diseño textil.

De esta manera, Biolace explora el futuro de la fabricación biológica, sus alcances y el poder que la tecnología nos brinda para implementar soluciones que impacten menos al proceso de producción, como la misma Collet dice:

No importa lo que depare el futuro, sabemos con certeza que las nuevas tecnologías desempeñan un papel clave. Depende de nosotros identificar cuáles pueden conducir a una forma de vida sostenible, una que haga frente a la explotación de la población sin poner en peligro los sistemas naturales de los que dependemos. Hay un argumento que va tomando valor en que la Living Technology puede proporcionar un conjunto viable de bajo costo que de soluciones a algunos de nuestros problemas ambientales”

 

 

Tal vez en algunos años podamos tener nuestros jardines con lechugas, jitomates y cebollas que además de alimentarnos nos vistan y así fomentar una tecnología de lo vivo.

*Esta nota apareció originalmente en la revista Cultura Colectiva en marzo del 2013.